24 de abril de 2020

Científicas made in Argentina frente al coronavirus

Jóvenes investigadoras genetistas se sumaron a un equipo que trabaja en San Franciso, California para desarrollar un kit que permita conocer el diagnóstico de coronavirus en menos de una hora. Dos de ellas forman parte del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), del Conicet y la Universidad Nacional de Rosario

María Eugenia Llases se tomó un Uber en San Francisco, recién llegada a la ciudad donde se sumó al equipo de trabajo de Caspr Biotech en un kit para la detección rápida de coronavirus. El conductor le hizo un comentario que la llenó de orgullo. “Me llamó la atención que el señor del Uber había escuchado que en la Argentina las cosas estaban muy bien y estaban muy mal en Chile y Brasil. Fue una sensación linda, de decir ¡qué orgullo!”, cuenta por teléfono, después del primer día de trabajo en laboratorio. Maru, así le dicen, viajó en un vuelo de repatriación de argentinos de Miami que llevó a sólo cuatro científicxs –de lxs 15 que se sumaron al grupo de trabajo- para aprovechar la ida. Es biotecnóloga y doctora en Ciencias Biológicas, al igual que Antonela Palacios, y las dos forman parte del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), del Conicet y la Universidad Nacional de Rosario. De la conversación participa también Adriana Rinflerch, licenciada en genética y también doctora en Ciencias Biológicas, del Instituto de Biología Subtropical (IBS) del Conicet y la Universidad Nacional de Misiones. “Vinimos a trabajar en este kit de diagnóstico para covid-19, es un diagnóstico rápido para detección temprana de infección viral, está basado en una técnica de biología molecular que se llama Crispr Casp y la idea es que en menos de una hora, pueda obtener resultados”, explica didácticamente Adriana, quien subraya que “el proyecto está en nivel avanzado, se sabe que funciona, sólo que ahora se está tratando de obtener las pruebas suficientes para probarlo ante la FDA (Food and Drug Administration), para que sea aprobado y después pueda ser comercializado”. Según explicaron sus impulsores, no sólo será muy rápido, sino también mucho más económico que las pruebas de detección actuales, se estima que costará menos de 5 dólares. Sólo a modo de comparación, el que acaba de salir a la venta al público en Estados Unidos, con otra tecnología, de la compañía LabCorp, tiene un costo de 119 dólares. Además, este examen requiere ser llevado a laboratorio, algo que no ocurrirá con el kit en el que trabajan las científicas argentinas.

Antonella subraya que “la idea es Made in Argentina, estamos acá sóo por una cuestión de que es muy difícil conseguir los insumos en Argentina”. Las investigadoras se incorporaron a uno de los tres grupos en el mundo que están desarrollando esta tecnología –también llamada de edición genética- para el diagnóstico de coronavirus. Maru agrega que “el objetivo sería dentro de dos meses tener al menos un prototipo funcionando. No es que en dos meses va a estar para comercializar, pero sí tener un prototipo para iniciar todas las habilitaciones con las autoridades”. Caspr Biotech es una empresa de base biotecnológica bajo normativa Conicet impulsada por GridX, una incubadora nacional de empresas de Biotecnología, y por allí llegó la posibilidad de trabajar en la aceleradora IndieBio, en San Francisco.

 

Las investigadoras subrayan que si bien trabajar bajo presión es una constante en la ciencia, nunca sintieron el peso de tanta expectativa social. “No es la presión el problema, sí es totalmente nuevo para nosotras el tema de la exposición, que nos están preguntando muy seguido, toda la gente que conocemos pero también la prensa. Es rarísimo estar tan expuestas”, dice Antonella y Adriana se suma “la presión no es solo social sino también personal. La realidad es que el impacto que tiene lo que hoy estamos haciendo, que puede tener sobre la salud del país, es una motivación extra”. Es toda una decisión, y así lo dice Maru: “Nosotras viajamos, no sabemos si vamos a poder volver o no en la fecha determinada, nos separamos de la familia y estamos dejando atrás un montón de cosas, porque nos parece una causa que es importante para el país. Por una investigación menos importante uno no deja de lado tantas cuestiones familiares o personales”.

En esta investigación en particular la mayoría son mujeres. “Lo que pasa es que en nuestro terreno en realidad hay muchísimas mujeres, si bien los más conocidos, los que están en los altos rangos, muchas veces son hombres, cuando ves la cantidad de inscriptos en las carreras, son la mayoría de mujeres y en los laboratorios trabajamos la mayoría de mujeres. Y si vos te fijás en este proyecto, somos casi todas”, afirman. Antes de contar mujeres, prefieren subrayar que la discriminación es más frecuente en las empresas que en los ámbitos académicos. Carla Giménez es una de las directoras del proyecto, junto a Federico Goytia. 

 

Fuente: Página12