“En los últimos años he mejorado. Se ha actualizado la información sobre el trabajo del cuerpo. Antes ibas al kinesiólogo cuando tenías una lesión. Ahora se apunta a la prevención de las lesiones antes que a la recuperación. Lo que hago con Diego [Rodríguez] es tratar el cuerpo como algo más integral, con el concepto de la cadena muscular. No trabajar únicamente en la muñeca si tengo una molestia, sino en atender el cuerpo más globalmente”, le cuenta Podoroska a LA NACION, a pocas horas del debut del equipo argentino de la Billie Jean King Cup (ex Fed Cup), ante Kazakhstán, en Córdoba, por los play-off, desafío en el que es la máxima referente.
Podoroska, Rodríguez y Mariano Seara (kinesiólogo de equipos nacionales de Copa Davis y ex Fed Cup, además de socio de Rodríguez) trabajan juntos desde hace casi cuatro años. La parte física está a cargo del equipo que lidera Martiniano Orazi, PF de Diego Schwartzman (y ex de Del Potro). Con ellos, más el aporte de sus entrenadores (Emiliano Redondi y Juan Pablo Guzmán), Podoroska se fortaleció. Cambió algunos de sus hábitos en el día a día. Y los logros que obtuvo no fueron casuales. Ahora tiene el desafío de mantenerse entre las raquetas más destacadas de la WTA.
“En los últimos años aumentó el conocimiento de mi cuerpo”, afirma Podoroska. Y añade: “En la medida en la que una va siendo más profesional tiene que estar más atenta a esos detalles que no son tan detalles: prevención, recuperación, descanso, alimentación, hidratación, más conciencia”. Cada día, esté donde esté, Podoroska se toma un tiempo para hacer distintos ejercicios de estiramiento y relajación, utilizando su propio peso corporal. Cuando tiene los elementos, utiliza, entre otros, el columpio o las cintas para el entrenamiento por suspensión llamadas kuruntas, que provienen del yoga. Son ejercicios en los que Rodríguez suele aferrarse y que en su momento también incorporó, con mucha disciplina, Del Potro.
“Cuando hago ese ejercicio pareciera que estoy en el circo”, sonríe Nadia, que hace un tiempo posteó una foto suya “colgada”. Y aporta: “Me da mucho resultado. Son ejercicios con la respiración, de autoconocimiento. La vida que llevamos los de alto rendimiento es intensa y estos trabajos me sirven para bajar los decibeles, tomar conciencia del cuerpo. Los hago todos los días un poco, aunque esté en el hotel de un torneo; hay etapas en las que se incrementan un poco, dependiendo del calendario”.
Rodríguez, licenciado en kinesiología dedicado a la kinefilaxia (el tratamiento de patologías mediante el movimiento), aporta: “Con Nadia se trabaja sobre la consciencia corporal, la respiración, la flexibilidad, la estabilidad, los equilibrios, la movilidad…, todo lo que tenga que ver con la alineación postural. Esos son los grandes capítulos de la prevención. Se usan muchas herramientas y son trabajos de compensación para el deterioro que te produce la actividad física a tan alta intensidad, lo que se conoce como alto rendimiento”.
Según Rodríguez, a quien también se lo recuerda por acompañar a Nalbandian al Masters de 2005 en Shanghai que ganó el unquillense, cuenta que, a nivel de recuperación, hay un montón de herramientas que se usan después del esfuerzo: “O como hizo Nadia la semana pasada, que estuvo haciendo la rehabilitación sin tenis ni físico para reestablecer el equilibrio normal y fisiológico del cuerpo después de la acumulación de la fatiga [NdR: hace unos diez días Podoroska se bajó del WTA de Bogotá tras sentir molestias en la cadera y optó por parar con miras a la serie de la ex Fed Cup en el Córdoba Lawn Tenis Club]”.
Transcurrieron tres años desde aquel ferviente deseo de Podoroska, el de tener salud para competir en el circuito de tenis. Mucho sucedió en el camino desde entonces y mucho queda por recorrer. Pero la mejor tenista sudamericana del ranking ya está cimentada de otra manera: con mucho por seguir cultivando y añadiendo a su disco rígido, es verdad; también con aprendizaje y certezas.
Fuente: La Nación