28 de abril de 2021
De la Siberia al Nasdaq, el viaje de la biotecnológica rosarina Bioceres
La empresa que desarrolló cultivos resistentes a la sequía comenzó a cotizar en el panel tecnológico de Wall Street. El negocio de invertir en ciencia.
La biotecnológica rosarina Bioceres comenzó a cotizar ayer en el índice Nasdaq de Wall Street. La firma creada por productores agropecuarios argentinos, que conduce Federico Trucco, ya cotizaba en la Bolsa neoyorquina. Ahora, con su integración al panel líder en tecnología, busca mayor potencial de financiamiento para sus desarrollos.
Federico Trucco, CEO de Bioceres, subrayó la importancia de utilizar “esta gran plataforma global para avanzar en el objetivo de ayudar a la agricultura en la transición hacia la neutralidad de carbono, regenerar los ecosistemas agrícolas a la vez que mejoramos la productividad de nuestros sistemas, ayudando a mantener la disponibilidad de alimentos para la comunidad global”. Aseguró que “el intercambio global de Nasdaq es el ideal para seguir posicionándose entre las principales empresas de biotecnología, tecnología y Ag-Tech del mundo”.
Desde 2019, la empresa ya cotizaba en el New York Stock Exchange (Nyse), donde apiló una suba de más 120% en el año. Los papeles de la agrotech argentina llegaron a dispararse casi 75% el mes pasado, luego de adquirir el 6% de Moolec Science, una empresa de agricultura molecular, lo que le permitió ingresar al mercado de alimentos alternativos de rápido crecimiento. Luego treparon cerca de 20% a partir de que el banco Lake Street Capital recomendara sus acciones, por los buenos resultados que mostraron sus semillas de maíz y soja resistentes a la sequía.
Bioceres fue creada en 2001 por 23 productores agropecuarios. Su impulsor fue Víctor Trucco (padre de Federico). Hoy cuenta con 300 accionistas, entre ellos los empresarios Hugo Sygman (Grupo Insud) y Gustavo Grobocopatel (Los Grobo). Es una de las pocas en Argentina que basa su negocio en la ciencia y la biotecnología.
Su desarrollo en la primera década del siglo XXI, que incluyó una mirada estratégica respecto de la interacción con el sector público, la convirtió en un ícono del universo empresarial. Uno de sus hitos fue el desarrollo, a partir de un logro de investigadores del Conicet, de cultivos transgénicos tolerantes a sequía y salinidad. La introducción del gen HB4 en soja y trigo pone a esta compañía en el primer nivel del mercado global de biotecnología, donde dominan las grandes multinacionales.
El gen HB4, que fue aislado en la década pasada por la investigadora del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) Raquel Chan. Luego fue incorporado a los grandes cultivos comerciales, con buen resultado. La soja con esa tecnología fue aprobada en Argentina aunque espera la aprobación en China, principal mercado, para su comercialización global. En el caso del trigo, la expectativa está centrada en la aprobación del principal mercado de exportación, que es Brasil.
En su camino de expansión global, Bioceres se asoció o adquirió diferentes compañías internacionales. En Argentina tiene la mayoría del paquete accionario de otra de las biotecnológicas líderes, Rizobacter.
Su instituto de investigación, Indear, funciona en el centro tecnológico del Conicet en Rosario, junto a otros institutos de investigación pública. Ubicado al sur de La Siberia, fue inaugurado en 2010 con la presencia del entonces ministro de Ciencia, Lino Barañao.
En 2019, el CEO de Bioceres, Federico Trucco, señaló durante una entrevista con el diario La Capital: “Si seguimos entendiendo al gasto en ciencia y tecnología como gasto no tenemos futuro. Si en cambio lo vemos como una inversión y empezamos a ver que sea pertinente y genere un impacto en el mundo real, vamos a ver que es lo que más efecto multiplicador tiene”.
Terragene, otra rosarina en las grandes ligas
Terragene, otra empresa biotecnológica rosarina, cerró un acuerdo con Helm Argentina, líder global en protección de cultivos, para desarrollar y comercializar productos con microorganismos y biomoléculas inteligentes para protección de cultivos.
Estos bioinsumos, marca Protergium, operan activando mecanismos naturales de la planta contra enfermedades y plagas, sin generar residuos y con reducción de las emisiones de carbono. El primer producto fruto de esta alianza, Innobio Protergium, estará disponible a partir de la próxima campana de soja 2021, luego de cuatro anos de desarrollo.
Mauro Edalian, gerente general de Helm Argentina, explicó que la incorporación de insumos biológicos a la cartera de la compañía es “un claro ejemplo del firme compromiso en la búsqueda de soluciones innovadoras y sostenibles que perseguimos desde hace 120 anos”.
Por su parte, Adrián Rovetto, fundador de Protergium y Vicepresidente de Terragene, expresó que “esta alianza entre Protergium y Helm es parte de nuestra estrategia de innovación y de nuestro compromiso con desarrollar herramientas biotecnológicas efectivas y sustentables aplicadas a revolucionar las formas de manejar los cultivos y de producir alimentos”.
Protergium es un spin-off de la multinacional rosarina Terragene, la empresa líder en investigación, desarrollo e innovación en prevención de infecciones, fundada en 2006 por dos científicos rosarinos formados en el Conicet. Protergium es un ejemplo de la incursión con innovación aplicada al mundo del agro por parte de Terragene, que, como un verdadero hub de innovación, está expandiéndose a otros campos de desarrollo de productos, con base científica.
Fuente: La Capital