31 de mayo de 2021
Investigadora rosarina detectó microplásticos en sal fina marina
Una licenciada en nutrición e investigadora de la UCEL confirmó el hallazgo en un estudio que forma parte de sus tesis.
Una licenciada en nutrición, profesora e investigadora rosarina detectó la existencia de residuos plásticos en la sal fina marina de consumo masivo. El estudio determinó el hallazgo de “microplásticos” en distintas tres marcas comerciales que se venden en la ciudad. “En el 44 por ciento de las muestras encontramos entre 0,005 y 0,02 microplásticos por gramo de sal marina”, confirmó María Angeles Guraya, licenciada en Nutrición y profesora de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL)
El estudio que ahora se dio a conocer públicamente evaluó la presencia y la concentración de microplásticos en distintas marcas comerciales de sal marina fina. “En las tres marcas que analizamos detectamos microplásticos. En el 44 por ciento de las muestras encontramos entre 0,005 y 0,02 por gramo de sal marina. Esto representa entre 5 y 20 micropartículas de plástico por kilo de sal marina”, explicó Guraya, quien realizó el estudio en el marco del Máster Internacional en Tecnología de Alimentos (Mita), Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de Parma (Italia).
Toneladas al mar
En la tesis que desarrolló la nutricionista se evidenció el alto nivel de contaminación por plástico presente en los alimentos que se consumen en la Argentina. En este sentido, Guraya indicó que “cada año, unas ocho millones de toneladas de plásticos terminan en los mares, y por la acción de los rayos solares, las olas y las temperaturas, principalmente, se fragmentan en pedazos pequeños”
Y explicó que esas “partículas de microplásticos que quedan en el agua alteran los ecosistemas marinos e, incluso, podrían afectar la salud humana al ingerir productos alimentarios que provienen del mar. Un ejemplo es la sal marina que se obtiene a partir de la evaporación del agua de mar”.
Los resultados de la investigación, que se realizó íntegramente en el laboratorio dela UCEL bajo la dirección de la docente María Nieves Andrín, ponen en evidencia el vacío existente en la normativa vigente en relación a la protección de la salud de los consumidores.
En otros alimentos
Para Guraya “hay que seguir investigando el problema. En otros estudios en sales marinas se encontraron concentraciones aún mayores que las de mi trabajo. La cantidad de microplásticos aumenta si tenemos en cuenta que otros alimentos de origen marino también pueden contenerlso, como los mariscos y los pescados”.
Señaló además, que a nivel global no existen normas que regulen la presencia de microplásticos en los alimentos. “El Código Alimentario Argentino determina qué requisitos deben cumplir los alimentos. Si un elemento no está incluido en sus artículos, se lo debe considerar prohibido. Como el código no menciona a los microplásticos, no se deberían permitir residuos plásticos ni en las sales marinas ni en ningún otro alimento”.
“Por el momento existen pocas certezas sobre los efectos de los microplásticos en la salud humana”, aclaró María Ángeles, y añadió que no se conoce en profundidad cómo actúan y se acumulan en el cuerpo, ni qué otros problemas pueden traer asociados.
“La problemática relacionada con la industria plástica es relativamente nueva. Desde la mitad del siglo pasado, el material se difundió a la producción y el consumo, y aumentó su presencia en nuestras vidas”. Guaraya es graduada de la UCEL, donde actualmente ejerce la docencia e integra un grupo de investigación, con una beca cofinanciada entre Conicet-Ucel para realizar el doctorado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
En un comunicado institucional se puso de relieve que el hallazgo de Guraya, su impacto en el mundo científico y la amplia repercusión en medios periodísticos nacionales e internacionales, “constituyen un verdadero orgullo para la comunidad educativa de UCEL, al mismo tiempo que reafirman la convicción de que el camino del desarrollo y el conocimiento contribuirán a construir una mejor sociedad”.
Fuente: La Capital