20 de enero de 2022
Startup rosarina fue elegida entre las cinco biotecnológicas del agro más importantes del mundo
Acaba de completar una ronda de inversión de u$s4 millones para acelerar el proceso de validación de su tecnología, ya aprobada a nivel mundial
La agtech rosarina Bioheuris acaba de completar una ronda de inversión de u$s4 millones para potenciar el desarrollo de su tecnología, que vuelve a los cultivos resistentes a hebicidas, sin modificarlos genéticamente. Por sus logros, fue seleccionada como una de las cinco startups de biotecnología agrícola más relevantes del mundo.
Bioheuris dio un importante golpe en 2021, cuando logró que su modelo de edición genómica Crispr, que permite mejorar la soja, sorgo, arroz y algodón y hacerlos soportables a herbicidas, no fuera considerado transgénico por las autoridades regulatorias de Estados Unidos y Brasil (Aphis y CTNBio). Ya había conseguido el aval de Conabia, el organismo equivalente de Argentina. Todo esto le permitió bajar a la mitad el tiempo de comercialización y reducir 100 veces los costos de desarrollo en comparación con los cultivos transgénicos actuales.
“Al confirmarnos que no será considerado un producto transgénico, pudimos acelerar todo el proceso, y la expectativa de retorno de la inversión subió muchísimo porque ya tenemos luz verde para avanzar”, había señalado Carlos Pérez, uno de los fundadores de la firma, a Ecos365. Pero a la vez, la noticia facilitó la llegada de nuevos interesados de aportar capital, con el fin de completar el proceso necesario para dar el salto del laboratorio al campo.
A través de ensayos de evolución de proteínas de alto rendimiento en microorganismos, la compañía rosarina logró imitar en pocas semanas en escala de laboratorio lo que en la práctica llevaría cientos de hectáreas y años de pruebas de campo. De esta manera, descubrió y clasificó miles de variaciones genéticas de plantas según el nivel de tolerancia a los herbicidas que brindan.
Su tecnología patentada de edición de genes basada en CRISPR posibilitó usar una menor cantidad de herbicidas y una paleta más diversa de estos, que eliminen las malezas, pero que sean seguros también para el medioambiente, retrasando la aparición de estas resistencias. El objetivo es aplicarlo a la soja, pero también al arroz, algodón, alfalfa y sorgo. Estos últimos son cultivos más chicos, que por eso han sido dejados de lado por las grandes biotecnológicas, pero que representan una gran oportunidad que explotar.
Con una sede en el Indear de Rosario y otra en Saint Louis, Estados Unidos, Bioheuris buscaba fondos para subir la actividad en ambos laboratorios, sobre todo en el de Estados Unidos. “La idea es tener para el 2022 las plantas de soja y arroz con nuestra tecnología en el invernáculo”, había adelantado Pérez. Y el éxito obtenido en las rondas de capital los acerca cada vez más a ese objetivo. Es que la buena recepción de los inversores permitió acelerar la construcción de una planta de edición de genes, con la cual se optimizarán las variedades comerciales de semillas de cualquier empresa en 15 meses, con costos de insumos reducidos para los agricultores. Se espera que las características principales de la startup lleguen a los campos en 2026.
Destacada a nivel mundial
La consultora Startus Insights incluyó a Bioheuris en el listado de las cinco startups biotecnológicas de la industria agrícola más importantes del mundo. Utilizando técnicas de Big Data e Inteligencia Artificial (AI), se analizaron 2.093.000 empresas emergentes y escalables en todo el mundo, entre las cuales fue seleccionada la rosarina. “Combinando biología sintética y edición genética, identifican mutaciones e implementan el cultivo de tejidos y la edición de genes para reforzar la resistencia de las plantas a los herbicidas”, indicaron a la hora de describir el trabajo de la agtech local. “La startup también crea combinaciones de herbicidas para retrasar la evolución de malas hierbas resistentes a estos herbicidas. Esto mejora la vida de los cultivos y proporciona una solución de gestión sostenible para las malas hierbas”, agregaron.
Fuente: ECOS365