4 de marzo de 2022
Rosario se prepara para festejar sus 170 años como ciudad reconstruyendo su historia
El 5 de agosto de 1852 Rosario fue declarada ciudad. Hace unos 20 años atrás para los 150 años se formó una comisión popular para homenajear el lugar de los rosarinos. Para este año se busca difundir la historia, la cultura y el sentimiento con múltiples actividades
El próximo 5 de agosto se cumplen 170 años que Rosario fue declarada como ciudad. Con el número redondo como fundamento, se formó una comisión popular para organizar actividades, ideas y fomentar bajo el lema de los 170 años, la historia y el amor por la ciudad.
Hace unos veinte años atrás, cuando Rosario cumplió los 150 años, el historiador Miguel Ángel De Marco (h) propuso a través de la carta de lectores de un periódico local sumar voluntades para encontrarse comunitariamente con las raíces históricas de Rosario.
Así nació una comisión popular producto de reuniones y se integraron diversos actores públicos y privados. Hubo encuentros de más de cien personas, representantes de distintas asociaciones.
El entonces intendente Hermes Binner, consustanciado con la iniciativa, impulsó por su parte una serie de actividades y acompañó a la comisión.
Federico Dunger, quien en la actualidad administra la página de Facebook Fotografías y Estampas del Rosario Antiguo – FyERA también estuvo en aquella comisión y es quien organiza la comisión actual para los festejos del 170 aniversario de Rosario como ciudad.
Dunger, en diálogo con El Ciudadano, explicó que el pasado jueves hubo una presentación con los integrantes de la comisión, que son alrededor de 70 personas entre historiadores, artistas, docentes, investigadores y apasionados por la historia de la ciudad, que se reunieron para concretar los proyectos de festejos y homenajes.
“El grupo es abierto y puede participar todo aquel que proponga ideas”, expresó Federico. Por ejemplo señaló que ya hay organizados algunos torneos, pero han modificado el nombre con los 170 años y así unificar el concepto que quieren llevar a toda la población: conocer la ciudad, hacer historia y festejar los 170 años.
Para el 5 de agosto también están barajando ideas para el festejo que este 2022 será un viernes.
Federico Dunger hace 6 años que trabaja en sus momentos de ocio, ya que no es su fuente de trabajo económica, en la página de Facebook que es reconocida entre los rosarinos y rosarinas. “Hará unos 20 años atrás empecé a investigar sobre los cines de la ciudad, lo hacía por mail, no había redes sociales y el historiador Miguel Ángel de Marco (h) me invitó a unirme a la comisión. En aquella época con Binner como intendente se realizaron muchas cosas, hasta fuimos al Congreso de la Nación para presentar un evento de Rosario”, recuerda. Además asegura que los documentos que va recopilando no existen en libros y recalcó el apoyo del funcionario pero también del sector privado que es al que hoy apuntan para sponsorear todo lo que vaya a realizarse ya que todos los que conformar la comisión lo realzan sin fines de lucro.
Otra de las ideas a realizar es que los docentes puedan ir a escuelas y volcar un resumen sobre la historia de la ciudad. “Mostrarles fotografías, con que a u n estudiante le interese ya estamos satisfechos”, aseguró.
Son muchas personas dispuestas a ayudar, cooperar, difundir, organizar y homenajear a la ciudad. La invitación es abierta a todo aquel que quiera sumarse. Para sumarse ya están en grupos de redes: en Facebook y en Instagram.
Rosario tiene lugar para referenciarse y fotografiarse
Sin tener relación con los 170 años, pero sin embargo si como un aporte más al fomento turístico de la ciudad en Balcarce y el río, muy cerca de los silos Davis, se inauguró este viernes el lugar en el que a partir de ahora los turistas y visitantes ocasionales de la ciudad podrán tomarse una foto con la palabra Rosario hecha en acero.
Gentileza de uno de los integrantes de la comisión de los 170 años de Rosario como ciudad
Las letras corpóreas de “Rosario” son una donación de la empresa de maquinados Miriani. El secretario de Deportes y Turismo, Adrián Giglioni, realizó una recorrida por la nueva señal urbana este viernes al mediodía, pero la inauguración oficial será el próximo domingo a las 10, en el marco de la Calle Recreativa.
Gentileza de uno de los integrantes de la comisión de los 170 años de Rosario como ciudad
Rango de ciudad
Miguel Angel De Marco (h) explica que un 5 de agosto de 1852 Rosario fue elevada al rango de ciudad por el gobierno de la provincia de Santa Fe, a pedido del entonces Director Provisorio de la Confederación Argentina, Justo José de Urquiza, con la intención de crear un poderoso centro capaz de competir y compensar el poder “del interior” frente a la poderosa Buenos Aires.
Hasta ese momento Rosario era un poblado de tres mil habitantes, sin capacidad de autogestión, carente de recursos institucionales que colaboraran efectivamente con su desarrollo y sus intereses. Sin embargo, por sus condiciones naturales y ubicación geográfica, era un enclave comercial, político, y estratégico del litoral argentino.
Derrocado el gobernador porteño Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros, en febrero de ese año, las provincias vencedoras, propiciaron la sanción de una Constitución Nacional de la que se carecía, y la organización del país en el molde republicano y federal. Urquiza creyó conveniente convertir a Rosario en un bastión que garantizara dicho anhelo y corresponder el respaldo otorgado por gran parte de sus vecinos en su pronunciamiento contra Rosas en 1851. Un apoyo que se concretó en la formación de dos batallones que lo acompañaron en la campaña que puso fin al rosismo, que se empeñaba en mantener cerrada la navegación de los ríos interiores en beneficio de la Aduana y puerto único en Buenos Aires, en detrimento del litoral.
El gobernador de la provincia de Santa Fe, Domingo Crespo, al ordenar un 5 de agosto de hace 169 años atrás, que se reconociera a la entonces “Ilustre y Fiel Villa del Rosario” como “Ciudad del Rosario de Santa Fe”, otorgándosele todos los fueros y prerrogativas que como tal a ella le correspondía, daba cumplimiento a un pedido expreso del entrerriano Urquiza, plasmado en la ley del 3 de agosto.
Las ciudades asocian sus orígenes al momento en el que ellas se volvieron necesarias. En tal sentido están las que nacieron como capital de una jurisdicción política, otras para la supervivencia y defensa de un territorio; y otras como posta o ámbitos de paso en las comunicaciones.
Rosario, ya era todo esto en el siglo XVIII: sede de la autoridad civil en el Pago de los Arroyos, un puerto natural, una región fértil y apropiada para vivir, una zona de paso obligado entre Buenos Aires y las provincias, un ámbito para la religiosidad popular, tal como lo demuestra la devoción por la Virgen del Rosario, cuya festividad se celebra la primera semana de octubre desde hace trescientos años.
Factores relacionados con la internacionalización del sistema económico, la necesidad de organizar la nación bajo un nuevo patrón de crecimiento y una nueva política hizo que aquel poblado se convirtiera en ciudad abierta a la República Argentina y al mundo.
El 5 de agosto de 1852 se formalizó un reconocimiento de la joven patria hacia los rosarinos que tanto habían dado en la lucha por la Independencia y la libertad. Ahora eran convocados por un proyecto de nación que necesitaba “un puerto autónomo” de la Aduana de Buenos Aires, un “refugio humanitario” para los perseguidos políticos, y un centro mercantil capaz de generar un mercado alternativo al rioplatense.
No se equivocaron los que confiaron en la institucionalización de Rosario como ciudad: en apenas quince años creció de tal manera que fue propuesta y designada por el Congreso de la Nación como capital de la República Argentina. A esto contribuyó haber sido el primer complejo ferroportuario del país y la gran región del cono sur, y que su población se elevara de 3 mil habitantes a 23 mil en catorce años. Sin embargo, los intereses del centralismo pudieron más y se le negó a través de vetos presidenciales lo que las provincias votaron soberanamente en el Congreso. Este fue el inicio de una larga lucha.
Recordar el 5 de agosto implica por lo tanto no olvidar. Es una festividad eminentemente cívica porque implica reconocer la capacidad de transformación de las decisiones políticas. Al poco tiempo de designarse ciudad, en el mismo año 1852 se abrió su río al comercio internacional, se estableció la aduana y se creó el puerto, la Jefatura Política, la primera inspección de escuela, se suprimió la comandancia militar y se la remplazó por un juzgado de paz, un juzgado de comercio y un juzgado de policía, se dividió a la ciudad en cuatro cuarteles o jurisdicción de policías, de los que dependieron las comisarios de Campaña: Arroyo Ludueña, Chacras, Bajo Hondo, y Saladillo. Meses después vendrían las oficinas de correos, las nomenclaturas de las primeras calles. De las quince calles con nombre, diez hicieron alusión a las ciudades y provincias que comunicaban, cuatro a las actividades del momento: Mensajería, Comercio, Aduana, y Puerto; y la única que no hacía alusión a Rosario como cruce de las comunicaciones nacionales, era la que encerraba un valor político y una connotación histórica: la calle Libertad, en alusión a la caída de Rosas, y que es la actual calle Sarmiento. Seis años más tarde surgiría la Municipalidad con su rama deliberativa y ejecutiva, entre otros logros. La ciudad pudo dictar en adelante sus propias ordenanzas y los vecinos accedieron al gobierno de su patria chica.
A diez años de crearse Rosario como ciudad, su Municipalidad, reunida en Concejo acordó dotarse de un escudo. En el centro del primer símbolo de la urbe naciente, se elevaba “un brazo poderoso”, que representaba a Manuel Belgrano sosteniendo la bandera azul y blanca, al momento de su creación en Rosario, el 27 de Febrero de 1812.
Los habitantes de nuestra ciudad tienen el privilegio de que “su blasón”, lejos de recordar antecedentes nobiliarios, a un conquistador o a un ilustre hidalgo, o a símbolos de imposición, exhibe con orgullo su identificación con el general Manuel Belgrano, y el emblema celeste y blanco, síntesis de la aspiración de una patria solidaria, libre e independiente.
Fuente: elciudadanoweb.com