2 de diciembre de 2024
En el Día del Médico, una historia de esfuerzo, pasión y superación
Isaac Moreira, recientemente recibido de Médico, desafió las convenciones, encontró su vocación y hoy inspira a las nuevas generaciones a seguir sus sueños con esfuerzo y dedicación.
Yago Isaac Moreira se define como una persona "poco convencional". Desde su infancia en el barrio Triángulo, hasta su amor por la medicina y su camino universitario lleno de desafíos, su vida es un testimonio de perseverancia y pasión. Con una historia familiar que lo conecta con raíces inmigrantes, una comunidad que lo impulsó y la ayuda del Fondo de Becas Estudiantiles (FONBEC), Isaac comparte cómo transformó las adversidades en motor para cumplir sus sueños.
Isaac, ¿cómo te definirías en pocas palabras para quienes aún no conocen tu historia?
Me defino con una persona “poco convencional”, no porque me crea especial, ni mucho menos sino porque desde que tengo uso de razón mis intereses no eran los mismos que mis compañeros, así como tampoco mi forma de relacionarme. Mi viejo solía llamarme “Eleonor rigby” haciendo alusión a una canción de los Beatles. Después de mucho tiempo de lucha interna logré la aceptación plena y agradecer por este carácter, sin dudas responsable de mi presente.
Creciste en el Barrio Triángulo, un lugar que marcó tu vida. ¿Qué recuerdos guardas de esa etapa y cómo influyó tu entorno en lo que sos hoy?
Tuve la suerte de tener la niñez que jugaba descalzo a las escondidas y a la bolita con mis amigos de la cuadra, en la calle, hasta altas horas. Con el paso del tiempo cada uno fue tomando rumbos distintos y con ello la amistad se va espaciando. Un vecindario fundado por inmigrantes chilenos en la década del 70 ́, en búsqueda de un vida mejor. Eso también influyó en mi formación como persona. Nunca me canso de oír la historia de cuando mis abuelos dejaron su vida, su casa y sus familiares en Chile en busca de una mejor vida y oportunidades. Sigo viviendo en la casa de mi infancia con mi madre Sonia, pero no puedo dejar a fuera a mi hermana Ayelén. Es una casa de pasillo que comparto con otra persona clave en mi vida: mi tía Marlen. Ella siempre estuvo atenta a que no le falte nada a nadie, es la que me ofrecía un plato de comida cuando llegaba cansado de la facu, la que siempre se ofrecía a plancharme el ambo para luego ir a hacer mis prácticas en el hospital.
Contanos cómo fue ese "amor a primera vista" con el violín y tu experiencia en la Orquesta Infanto Juvenil El Triángulo.
Recuerdo con mucha nostalgia esperar que se hagan las 17:30hs para agarrar mi violín e ir a la Orquesta El Triángulo,. Era un lugar en el que realmente podía expresarme y sentirme cómodo, sin dudas, un hito clave en mi vida. No podría poner en palabra lo que significó ese espacio de diversidad y de posibilidades. Siempre digo que los barrios no solo son semilleros de futbolistas, también hay semilleros de músicos, profesores, abogados, médicos, etc.
¿En qué momento descubriste tu pasión por la Medicina?
Desde chico me gustaban mucho las Ciencias Naturales y la Biología pero nunca me imaginé estudiando Medicina. No fue hasta segundo año de la escuela secundaria cuando dije: “quiero ser médico”. Se acercaba la graduación y me tenía que decidir pronto por una carrera. Recuerdo que justo antes de termina la escuela estaba indeciso, dudé, estaba entre Medicina o Relaciones internaciones. Siempre tuve mucho interés en el contexto político y social a nivel mundial, de hecho en mi casa en lugar de ver el noticiero local vemos canales de cadenas internacionales como BBC, CNN, etc.
Finalmente elegí la mejor opción, Medicina. Durante el primer año, mientras cursaba Inmunología y al estudiar en detalle todos los mecanismos que se montan para generar una respuesta inmutaría, dije, desde el corazón: “Que hermosa que es la medicina”.
¿Cómo fue la experiencia de contar con FONBEC y tus padrinos a lo largo de tu trayectoria educativa?
Clave desde el primer día hasta el último. Como siempre digo, Fonbec no es solo una ayuda económica, es acompañamiento, orientación, alguien que se preocupa por uno, familia. Personas que comprenden las dificultades que una carrera universitaria puede presentar, ya que ellos también la han transitado.
Tuve la suerte de conocer personas maravillosas: Gabriela Vidal, mi madrina durante el secundario; Hector, mi actual padrino en al ciclo superior; Meli Delpontigo, quien me acercó y encarriló con mis estudios en el idioma inglés, fundamental en los tiempos que corren; Ines Risso, coordinadora de la filial Rosario; Facundo Garayoa, Director; y los otros becarios que son más que amigos y que estamos juntos en este camino de superación.
Gracias a la mediación de Fonbec pude conocer Gustavo Papalardo, más conocido como "EL POLLO", quien sin conocerme, apostó por mí, siendo más que un profesor, un mentor, un showman. Con mi hermana, Ayelén, siempre nos quedábamos asombrados con la cantidad y calidad de conocimiento que tiene sobre medicina, sin dudas clave en mis primeros pasos de la carrera.
Durante tu paso por la Facultad de Ciencias Médicas, ¿cuál fue el mayor desafío que enfrentaste y cómo lo superaste?
La carrera tuvo sus dificultades, no fue un camino de rosas, citando al gran Freddy Mercury “It’s been no bed of roses”. A pesar de eso, siempre recordaré mi paso por la UNR con mucha mucha alegría. Sin dudas, la muerte de mi padre fue un shock terrible ya que el siempre fue, junto a mi madre, el motor de vida y quien, desde muy chiquito, me inculcó la cultura del estudio. Por suerte, cuento con toda una familia que me apoyó y no me dejo caer, no podía tirar todo mi esfuerzo y el de él por la borda. ¡Viejito, este logro es tuyo!
Otra cosa que acompañó mi carrera, fueron las series de médicos, jugar a acertar diagnósticos eras gratificante. Ver cómo es el trabajo en las guardias y hospitales, el haber tenido la oportunidad de recorrerlas me recuerda la buena elección que hice. Adoro la películas ambientadas en la segunda guerra mundial, ver las campaña de los médicos me hacen decir “unas ganas de estar ahí atendiendo a los heridos”, salvando las distancias, obvio.
En un futuro cercano, no me imagino otra cosa que haciendo guardias y una residencia medica, básicamente para lo que me vengo preparando hace años, asi como seguir capacitándome.
¿Qué valores te gustaría transmitir a las futuras generaciones?
Yo les recomiendo a las futuras generaciones que piensen en grande, que salgan de lo ordinario, que busquen algo que guste y lo puedan explotar al máximo. Con esfuerzo, perseverancia y pasión se puede lograr todo.
Como siempre digo, no todas las necesidades ni dificultades son las mismas y cada una requiere un abordaje especial. Yo creo que hay una pregunta clave: "¿Te apasiona tu carrera?"
Lo importante es que estés enamorado de tu carrera, de lo contrario no te bancarías estudiar muchas horas por día, sacrificar salidas, juntadas con amigos o domingos en familia.
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